8 de marzo,
365 días de lucha, 365 días de violencia contra las mujeres

El ocho de marzo es un día especial para mujeres de todo el mundo, un día en el que coincidimos en nuestra lucha por nuestros derechos y por nuestra dignidad: derecho al empleo digno; a la educación y a la coeducación; a los recursos materiales, culturales y sociales; a la representación paritaria; derecho a nuestro cuerpo, a nuestra sexualidad, a nuestra vida.

A las mujeres del mundo entero nos une nuestra condición de género, de excluidas de los excluidos, de defensoras de la resolución pacífica de los conflictos, de protagonistas de la única revolución incruenta de la historia: la de las mujeres.

Mujeres Palestinas e Israelíes, crearon juntas Mujeres de Negro, una Red Internacional de Mujeres contra la guerra. Mujeres de Colombia recorren la Selva de su país en marcha contra los asesinatos, el narcotráfico, los paramilitares. Colectivos de mujeres indígenas mantienen viva la llama de su cultura y de su relación con la naturaleza, lejos del infarto ecológico a que el "desarrollo" occidental está sometiendo al planeta. Mujeres de todo el mundo nos enfrentamos al neoliberalismo que nos empobrece como trabajadoras/es y como personas, y al patriarcado, que niega a las mujeres los derechos como seres humanos y como ciudadanas.

En el Estado Español hemos alcanzado importantes logros en los últimos años. Pero, quién iba a decirnos en la década de los setenta, cuando empezó a organizarse el movimiento feminista en nuestro país y luchábamos por el aborto libre y gratuito, por el divorcio, cuando gritábamos que la calle y la noche también eran nuestras, que en el 2.004 íbamos a estar luchando por el derecho a nuestra vida.

La violencia estructural -en el empleo, en los medios de comunicación, en la falta de corresponsabilidad en el ámbito doméstico, en la escasa representación en los puestos de decisión- es consentida y perpetuada por las instituciones llamadas "democráticas y representativas", por las instituciones patriarcales. Instituciones que se hacen infinitamente más eco de cualquier tema que les sea rentable políticamente, que de la violencia contra las mujeres. La violencia física, psicológica y emocional, que maltrata a las mujeres y las asesina, está alcanzando, como ponen de manifiesto cada vez más estudios, niveles de epidemia, sólo que el virus no es biológico, sino social y cultural, el virus de una sociedad enferma, de una sociedad patriarcal y sexista.

La violencia contra las mujeres es un problema social complejo. Para prevenirla y erradicarla se precisan medidas y recursos en todos los ámbitos: educativo, laboral, sanitario, judicial, etc. Se precisa, no propaganda electoral, sino verdadera voluntad de afrontar el tema. Se precisa que la ciudadanía, los agentes sociales y la clase política nos enteremos de que a las mujeres nos están matando, cada día nos están matando, y nos importe. A las mujeres nos va la vida en ello, a nuestra cultura y nuestra sociedad enfermas, también.

Desde la Organización de Mujeres de los STEs-I, hacemos un llamamiento para que la violencia contra las mujeres se considere un tema prioritario tanto en la agenda política, como en los medios de comunicación, y se adopten todas las medidas necesarias para su prevención y erradicación.

Organización de Mujeres de STEs-I
Marzo de 2004

 

 

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