MUJER TRABAJADORA Y SALUD LABORAL
03.03.2004
Ante la celebración del día de la Mujer Trabajadora el
ocho de marzo y reivindicando la aplicación de la Ley de
Prevención de Riesgos Laborales desde una perspectiva
eminentemente preventiva, desde la Confederación de
STEs-Intersindical llamamos la atención para que se tenga
presente el análisis de género al estudiar los patrones
diferenciales sobre cómo enfermamos mujeres y hombres por
causa de las diferencias biológicas y sociales, en una
perspectiva sin discriminación en salud laboral. No hacerlo
tiene como consecuencia que se subestimen e incluso
descuiden los riesgos reales, especialmente para la salud de
las mujeres.
La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el
Trabajo reconoce que las mujeres sufren más estrés laboral,
enfermedades infecciosas, trastornos de las extremidades
superiores, enfermedades de la piel así como asma y
alergias, mientras que los hombres sufren más accidentes,
dolor de espalda y pérdida de capacidad auditiva.
La planificación del trabajo, su organización y las
herramientas y equipos que se utilizan suelen basarse en el
modelo del “hombre medio”, aunque la legislación de la Unión
Europea consagra el principio de adaptar el trabajo a los
trabajadores y a las trabajadoras.
Es necesario redefinir la salud laboral valorando en su
justo término la variable de género no sólo respecto
al factor biológico relacionado con la capacidad
reproductora de las mujeres, sino a sus diferencias
corporales, de socialización, de roles a desempeñar y de
exigencias añadidas al puesto de trabajo por el hecho de ser
mujer.
Condicionantes como la doble o triple jornada que desempeñan
muchas mujeres con el consiguiente conflicto de roles, las
diferentes exigencias sociales para hombres y mujeres, la
presión y el desgaste del "techo de cristal" que incide en
la ocupación de puestos de responsabilidad, la
discriminación laboral retributiva por razón de sexo, las
mayor incidencia sobre las mujeres en el sufrimiento de
acoso sexual y de acoso laboral o mobbing, etc.
Por todo ello, desde una organización como la Confederación
de STEs-Intersindical y ante una conmemoración como el ocho
de marzo recordamos la necesidad de incidir en cuestiones
como la elaboración de protocolos de reconocimientos médicos
específicos para la mujer y desde una perspectiva integral;
promover la participación como Delegadas Sindicales y
Delegadas de Prevención en los Comités de Seguridad y Salud
de nuestras compañeras mujeres; que se pongan en marcha
medidas sociales que favorezcan la igualdad entre mujeres y
hombres en el ámbito laboral y extralaboral; pedir la
investigación de enfermedades que se dan más en mujeres
trabajadoras para analizar sus causas y su posible
prevención; en definitiva, facilitar un enfoque para la
investigación, la política y la prevención que tenga en
cuenta las diferencias de género a fin de garantizar una
prevención eficaz e integral para las mujeres en el marco de
la seguridad y la salud en el trabajo.
José María Avilés Martínez
Responsable de Salud Laboral de la Confederación de
STEs-Intersindical |